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Resignación

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Sus ojos distraídos parecían estar fijos en un punto. Distinguía apenas las figuras difusas que iban y venían presurosas frente a ella. No obstante, su mirada aparentemente concentrada en el mercado estaba velada.


Su cerebro no procesaba las imágenes que sus ojos percibían sino que estaba absorto en la fría conversación que había tenido lugar unos minutos antes entre ella y su marido.


Sus padres le habían garantizado que sería un matrimonio muy ventajoso y, en efecto, lo era. Ella había aceptado con resignación. Qué otra cosa podía hacer. Siendo la esposa de Ranjit llevaba una vida cómoda. Nada le faltaba... "Volveré tarde hoy" había dicho él, como siempre, pero esta vez el aliento gélido que envolvía sus palabras casi la había congelado. Una lágrima brotó sigilosamente de uno de sus ojos. La enjugó rápidamente, temerosa de que alguien la viera y sospechara que su felicidad no era perfecta. No tenía tiempo para pensar esas boberías; Ranjit volvería, tarde o no, y querría su almuerzo.


Sacudió su cabeza como quien se sacude de encima una idea tonta y compró vegetales.

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