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Curiosidad

 

Otra vez estaba allí. El hombre tenía el pelo casi completamente gris. No tenía muchas arrugas, pero sí una muy pronunciada en la frente.

 

Siempre lo veía en ese mismo lugar, luchando para no dormirse. Sus párpados parecían demasiado pesados para que pudiera controlarlos. Siempre que se le caían, sacudía bruscamente la cabeza para desperezarse. Aunque se sentaba en el banco de la parada del micro, yo nunca lo veía que tomara alguno o que al menos vigilara. Solo parecía no querer dormirse, pero no había pistas de cuál fuera el motivo.

 

¿Qué haría allí cada mañana a las seis? ¿Quién sería?

 

Mi micro siempre llegaba antes de que él hiciera algo interesante. Pero nunca estaba allí en otro horario. ¿A qué saldría tan temprano si tenía tanto sueño? Nunca lo supe.


Algún tiempo después, no lo vi más.

​

El primer día que no vino, estaba lloviendo mucho. No sé qué le habrá detenido pero, aparentemente, le detuvo bien.

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