top of page
Abismo
Era un abismo y la caída parecía interminable; producía una intensa punzada en el estómago.
La primera vez, en cierto modo, fue también la última y la única. Mientras caía ya sabía que de nada valdrían escaleras, helicópteros ni algún otro vano intento de rescate. El retorno era imposible. Era la misma tierra la que me absorbía, y podía sentir cómo me precipitaba sin remedio hacia el centro, abrasándome poco a poco, inevitable e irreversiblemente.
Ya ni pienso en el rescate, solo temo saber lo que me aguarda al final. Todavía caigo, todavía me abraso, cada vez que me hundo en sus ojos.
bottom of page